miércoles, 18 de abril de 2018

XVIII AULA DE POESÍA OLULA: Prólogo de JAVIER BOZALONGO: " VIVIR EN LOS POEMAS".



VIVIR EN LOS POEMAS
Por Javier Bozalongo


Desde muy joven he leído los libros de JOAN MARGARIT con la atención y la devoción que todo aprendiz de poeta debe poner en sus lecturas. He citado sus versos en numerosas ocasiones y he utilizado citas de sus poemas en mis propios libros. Decir que Joan es el más leído de los poetas catalanes desde hace muchos años es decir poco, porque también sus propias traducciones al castellano han alcanzado un extraordinario eco en el resto de España, y en los últimos años se extiende felizmente a Latinoamérica, donde es reconocido, publicado y premiado. 

Joan Margarit escribe –en palabras de Luis García Montero– “una poesía habitable” y sus lectores nos quedamos a vivir en sus poemas porque nos emocionan, nos dicen en voz baja lo que queremos oír, sin contemplaciones ni adornos excesivos, con la palabra justa de quien sabe que la poesía debe conmover y ser al mismo tiempo clara y concisa, huir del hermetismo que nada le aporta y, en muchos casos, ahuyenta al lector. 

“Estos poemas buscan / desde donde poder amar de nuevo. / Vas hasta la ventana: en la calle no hay nadie. / Y vuelves a la mesa / donde el poema continúa. / Está aquí, contigo”. Así los poemas de Joan nos acompañan porque sabemos que están justo aquí, con nosotros, y que en ellos podemos leer esos momentos importantes de la vida que se quedan atrapados en nuestra memoria como “los charcos / que el mar al retirarse deja sobre las rocas”. En ellos reconocemos al amigo y acompañamos al poeta “Al lugar donde todo comenzó” a la vez que descubrimos en ese amigo a un poeta que debe ser reivindicado, José Antonio González-Haba. En los poemas de Margarit podemos aprender cómo dos que se aman caminan juntos por la vida y contemplan su propio amor desde las diferentes edades por las que van atravesando, y avanzan desde un ímpetu juvenil que necesitaba escondites para los juegos amorosos, a una edad adulta en la que el poeta nos dice que “Desesperadamente, intento no perder / nada de cuanto amé. Que el final sea, / justo antes de ser sólo oscuridad, / la supernova de la inteligencia”. 

Los poemas de Joan no eluden el dolor sino que lo convierten en poesía huyendo del conformismo ante la enfermedad o la pérdida cuando escribe: “Tu último suspiro sigue dentro de mí / todavía en suspenso: no dejo que termine”. 

Los lectores de Joan Margarit, afortunados, llevamos mucho tiempo viviendo en sus poemas, navegando por ellos y con ellos tal como él nos dice que ha hecho con la vida: “La surqué como el mar / de los antiguos marineros, / dejándome guiar por distintas estrellas.”

                                                                        
                                                                                Granada, 2 de abril de 2018.

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